Las representaciones iniciales de conceptos e ideas mediante signos gráficos, se transformaron luego en cadenas estructuradas de pensamientos, surgiendo así los alfabetos y en consecuencia los lenguajes escritos. Estos lenguajes escritos estaban basados en símbolos inventados, a los que una cultura les asignaba una interpretación particular y que en conjunto y de acuerdo a su ordenación, representaban gráficamente el lenguaje hablado de un pueblo.
A lo largo de la historia se utilizaron diversos soportes físicos y herramientas para plasmar los mensajes gráficos de las sociedades. Pero es con la invención de la imprenta de Johan Gutenberg cuando los mensajes escritos se hicieron accesibles a un número mayor de personas.
Con la aparición de las imprentas podemos decir que surgieron los primeros profesionales del diseño gráfico, ya que estos tipógrafos eran los encargados de componer y maquetar los diferentes elementos gráficos para que las obras resultaran legibles y armoniosas.
Otro momento de auge e innovación del diseño gráfico se produjo con la Revolución Industrial. Con el surgimiento de las fábricas y la economía de mercado, aumentaron las tiendas y los comercios y en consecuencia la competencia entre los productores de elementos. Con ello apareció una nueva técnica comercial: la publicidad, y por lo tanto la necesidad de producir mensajes visuales atractivos que llevaran a tomar decisiones de compras.
La publicidad hizo que en forma paralela se desarrollara el diseño gráfico en los nuevos soportes de comunicación que cambiaron en forma vertiginosa. No sólo se trataba de crear mensajes bellos visualmente, sino que debían ser efectivos y que generaran ventas. Esto derivo en la aparición de profesionales dedicados exclusivamente a desarrollar mensajes gráficos.
A fines del Siglo XX, con la aparición de las computadoras y su uso generalizado, surgió la necesidad de contar con profesionales capacitados para concebir interfaces gráficas interactivas y de fácil navegabilidad. El problema surgió cuando, a los clásicos diseñadores gráficos acostumbrados a crear mensajes para medios impresos tradicionales, se les solicitaba un diseño web. No todos los profesionales pudieron adaptarse a este nuevo desafió, lo que produjo una división entre diseñadores exclusivamente “gráficos” y diseñadores “web”. Pero para ser diseñador web no alcanza con diseñar interfases accesibles y bonitas, sino que es preciso conocer lenguajes de programación (HTML, PHP, Javascript; etc). Eso hizo evidente la necesaria aparición de un nuevo profesional capacitado para diseñar y programar aplicaciones de Internet: el “webmaster”.
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