No podemos hablar de un color como es en realidad, siempre estará determinado por su contexto, esto es, su entorno. Los colores están atados a su lugar y a su tiempo particular, y se verán influenciados por otros colores. Así pues, el color tiene una inestabilidad extrema (depende en donde esté situado) y dependencia recíproca (según que tono tenga a su lado). El valor de los colores es relativo, pues la impresión que producen depende en gran parte de lo que les rodea: luces, otros colores, etc. Esto ocurre hasta tal punto, que a veces, las cualidades de un color cambian al situarlo junto a otro; estos cambios en el tono, brillo y saturación es lo que denominamos contraste.
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